Autora: Daniela Reyes Gutiérrez
En este cortometraje de Diana Toucedo retrata al mar y la tierra como dos espacios para cultivar frutos necesarios para la subsistencia humana. Desde hace milenios, campesinos, campesinas y marineros han dedicado su vida a los cultivos para sobrevivir. Hoy en día, esa dedicación está más allá de las garantías económicas y físicas de esta labor, además de que ocurre en medio de un planeta herido, lleno de problemáticas ambientales que afectan su vida, su trabajo y su entorno. Dadas estas condiciones, quienes trabajan en la tierra y el mar tienen la posibilidad de repensar la forma en que habitamos el planeta en que vivimos.
En Tatuado nos ollos levamos o pouso, las mariscadoras de un pequeño pueblo al sur de Galicia aprovechan la marea de cada día para sementar, cavar y cuidar el umbral entre el agua del mar y la arena. Aquí, este umbral representa un espacio que no solo les permite cultivar a estas mujeres, sino que también es un lugar de encuentro. De esta manera, se teje entre estas mujeres una red de afectos en medio de la cual construyen una conciencia colectiva y un entramado de apoyo, por medio del cual buscan transformar el mundo en el que habitan.
Este cortometraje tuvo su estreno mundial en Visions du reél y la nacional en el D’A de Barcelona. También fue seleccionado en el Play-Doc-Tui y premiado como mejor cortometraje de no ficción en el Festival de Cans. No se lo pueden perder este año, en esta edición del ForadCamp.