Waldstück: ¿cómo poner en escena la rememoración de un escenario del horror que la naturaleza ha ido sepultando con el tiempo?

Autora: Daniela Reyes Gutiérrez

Un bosque en Brandenburg, 50 km al este de Berlín, fue una vez un campo nazi de trabajos forzados. La naturaleza se encargó de sepultar todos los vestigios de lo que fue alguna vez un escenario de horror y tortura. Waldstück, dirigido por Hans Schilling, es un documental performativo en blanco y negro, en el que se le propone a una mujer mayor que vive cerca del bosque, a tres conservadores de monumentos y a dos amantes de tumbas de guerra, buscar vestigios del campo de trabajos forzados en ese lugar. Nos recuerda un poco a Shoah, de Claude Lanzmann, un proyecto documental en el que el director le propone a víctimas, testigos y verdugos del holocausto, visitar espacios que alguna vez fueron escenarios de tortura y exterminio de comunidades judías, y narrar en ellos lo que recuerdan de haber vivido ese momento histórico. 

En el documental de Hans Schilling, el director le propone a los personajes, en medio de la búsqueda de vestigios, leer fragmentos de la autobiografía de Walter Grundwald, un sobreviviente del campo de Wulkow. Durante el tiempo en el que fue prisionero, llevaba un registro de todo lo que pasaba en un diario. Después de salir de ahí, se comprometió con revelarle al mundo las experiencias que vivió en la Alemania nazi. En la película, los personajes son filmados leyendo fragmentos del diario y luego opinan y debaten al respecto hablando directamente con la cámara. Detrás de ella, el director no es un sujeto pasivo; al contrario, cuestiona y confronta a quienes filma y decide dejar sus preguntas en el montaje final, para mostrar su postura. Es impactante ver cómo en muchos casos todo lo que leen los personajes es información que desconocen totalmente y es a partir de este ejercicio que se revela que todavía hay muchas cosas de ese tiempo que no se saben. Pero también impacta cómo hay opiniones encontradas con respecto a si lo que se vivió ahí realmente fue un horror irreparable y al miedo de que algo así se vuelva a repetir. 

Al final, esta película se pregunta cuáles son las consecuencias de que la cultura de la preservación de la memoria desaparezca y lo pone en escena de una manera ingeniosa, impactante y confrontativa. Berlín es una ciudad que parece estar reconstruida bajo la necesidad imperativa de no borrar la memoria de todo lo que sucedió ahí. Pero Waldstück nos hace ver que a lo mejor esto no es tan necesario y fundamental para todos sus habitantes. Mientras unos personajes afirman que la deuda histórica ya debería estar saldada y que horrores como el holocausto han ocurrido en todo el mundo, pero no se les ha prestado tanta atención, otros se preguntan si la mejor forma de no olvidar que esto pasó es sacar a la luz estos lugares de tortura que han quedado sepultados con el tiempo, o dejar que la naturaleza los oculte y tener que hacer un ejercicio constante de ir a buscarlos y a reflexionar sobre ellos. 

Waldstück fue parte de la selección oficial de esta edición del ForadCamp, además de haber ganado el Achtung Berlin New Berlin Film Award como Mejor Cortometraje documental y haber participado en festivales como DOK Leipzig y el Minsk International Film Festival, entre otros.